Imran N. Hosein
El Qur’an igualó la creación del hombre y la mujer al de la
‘noche’ y el ‘día’, implicando que se complementan mutuamente “…como mitades
gemelas de un entero”. Pero también son funcionalmente diferentes; por ende una
exitosa y armoniosa relación hombre-mujer requiere que el día (el hombre) debe
funcionar como ‘día’ y no tratar de
volverse ‘noche’, y similarmente la ‘noche’ (mujer) debe funcionar como ‘noche’
(que cubre y esconde) y no tratar de volverse ‘día’. El Profeta Muhammad (sallalahu ‘alaihi wa sallam) ordenó,
“cuando una niña alcance la edad de la pubertad nada debe verse de su cuerpo
excepto esto y esto (el apuntó a la cara y a las manos)”. Y entonces las
mujeres musulmanas se han cubierto siempre en el Hijab – escondiendo los brazos, piernas, vientres, cabeza, pelo,
etc., en ropa suelta.
Ya que las mujeres tienen una función básica de portar y
criar a los niños fue necesario de que fueran liberadas de una obligación de
ganarse su sustento. Así el Qur’an obligó a los hombres a mantener, al igual
que cuidar y protegerlas, y, a cambio, obligó a las mujeres a ser obedientes a
su esposo o guardián. Hombres y mujeres deben casarse en el bendito nombre de
Allah, y vivir en concordancia con Su guía. Entonces, dice el Qur’an, “…Allah
pone amor y bondad entre sus corazones” en consecuencia de lo cual experimentan
Sukun, paz, contento y tranquilidad.
Pero el Profeta Muhammad (sallalahu ‘alaihi wa sallam) advirtió que entre los signos del Ultimo Día estaba el Dajjal el Falso Mesías o Anticristo. “…las ultimas personas en seguirlo serán las mujeres”, y su embrujo sobre las mujeres sería tal que “…un hombre tendrá que volver a casa y amarrar (frenar a la fuerza) a su esposa, hermana e hija para protegerlas de ser seducidas por el Dajjal”. Esta profecía indicó que las mujeres serían engañadas y barridas de sus pies por algo que daría vuelta su mundo de arriba abajo. Parecería positivo, cuando en realidad sería destructivo. De hecho, sería en consecuencia del ataque del Dajjal que la ‘noche’ intentaría volverse ‘día’.
El Profeta profetizó hace 1400 años que las mujeres: “…se
vestirán como hombres”. Esto ya se está manifestando en la revolución femenina
moderna. También profetizó, “…las mujeres estarán vestidas y sin embargo
estarán desnudas”, indicando que la revolución feminista engendraría una
revolución sexual que culminaría con gente cometiendo “…relaciones sexuales en
público como burros”. Uno tiene que estar absolutamente ciego para no reconocer
que esta profecía está cumplida hoy. El Carnaval de Trinidad, por ejemplo, está
ahora dominado por mujeres muchas de las cuales están decididas a desfilar su
desnudez en un verdadero despliegue pagano en público de carne y vulgaridad. Y
muchas deben ser quienes participaron ayer en el Carnaval ¡Pero que ahora dan
la espalda en disgusto!
La mejor respuesta secular a esta desenfrenada destrucción
de cada valor sagrado que une a los sexos es una distribución pública de
condones. La implicación de este dramático y ominoso cumplimiento de esas
profecías es que una sociedad que se corrompe así, eventualmente se
autodestruye. Ni los gobiernos ni la oposición tienen una idea de cómo prevenir
semejante final vergonzoso.
“El sol levantándose desde el este”, que es un signo mayor
del Ultimo Día, parece representar ese mundo ‘de cabeza’ en el cual, entre
muchas otras cosas, las mujeres abandonan su responsabilidad primaria de criar
niños para vestirse como hombres y salir a trabajar todo el día, como lo hacen
los hombres. La guardería sea vuelve la nueva Mami. El niño nunca olvida, y
nunca perdona esta negación. Y así los niños se rebelan y se vuelven
incontrolables, incluso para la policía. Pero también retribuyen a sus padres
con la misma moneda al ponerlos, en su ancianidad, en guarderías para ancianos
que verdaderamente son vertederos de seres humanos. Verdaderamente, la
revolución feminista ha tenido éxito en causar que la ‘noche’ se vuelva ‘día’
con severas consecuencias para la sociedad, sin embargo con una engañosa
sonrisa, le declara “Te has recorrido un largo camino, nena”.
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