Malcolm X – Un Príncipe entre los creyentes
Imran N. Hosein, ‘Signos del Ultimo Día en la
Era Moderna ’.
www.imranhosein.org
¿Cuándo la gente ‘Afro-Sajona’ africana del Caribe aprenderá
a honrar a Malcolm X y a caminar valientemente en sus pasos al responderle a la
opresión en el mundo actual? ¿Cuándo aprenderán a ‘vivir’ por Allah el Más
Alto, de la manera que él lo hizo? ¿Cuándo aprenderán a ‘morir’ por Allah el
Más Alto, de la manera que él lo hizo?
¡Malcolm ‘vivió’ por Allah. Malcolm ‘murió’ por Allah! Y yo
escribo con el rezo para que a través de estas humildes palabras el Islam pueda
tocar sus almas del modo que su alma fue tocada, para luego volverse un
príncipe entre los creyentes.
El Qur’an declaró: “No digas de aquellos que son asesinados
en el camino de Allah que están muertos. Más bien están vivos, pero no puedes
verlos”. Malcolm X fue asesinado en febrero 21 de 1965. Sus enemigos pensaron
que finalmente habían cortado ese árbol. Pero para su sorpresa y angustia, el
árbol siguió creciendo. Eso explica porqué algunos de nosotros aún estamos
vivos. ¡Uno como Malcolm es suficiente para los amos de esclavos en el mundo!
Pero de haber estado todavía vivo Malcolm en la actualidad, es seguro que
habría sido declarado como “terrorista” y “un gran riesgo a la seguridad”. Su
entrada en la mayoría de los estados ‘Afro-Sajones’ caribeños ciertamente
habría sido prohibida.
Hice una llamada de cortesía al Gobernador General del
Estado en la Isla
de Grenada hace unos años. En respuesta a su pregunta concerniente al propósito
de mi visita a esa isla, hice mención de que la madre de Malcolm X, Louise, era
de Grenada (el no lo sabía), y que había sido honrado para contactar con su
familia en Grenada durante mi cortísima visita.
El Gobernador General respondió bastante cándidamente con su
opinión de que Malcolm era “un bribón”. A penas me sorprendí. Está en la
naturaleza del Orden-Mundial-Europeo el demonizar y buscar amordazar y
estrangular a todos aquellos quienes resistan su dominio y dominio imperial
sobre el mundo. Es un tema mucho más complejo entender la amarga denuncia de
Louis Farrakhan de Malcolm como “un traidor de su gente”, y “hemos lidiado con
el de la manera que se lidia con los traidores”.
Yo amaba a Malcolm, el musulmán. El era un Príncipe entre
los creyentes. Capturó la esencia misma del Islam con su respuesta
antisistémica a la opresión del orden-mundial-blanco. Ha sido mi héroe desde
que era un quinceañero, y el estaba amenazando con llevar a EEUU a la Asamblea General
de las Naciones Unidas para contestar cargos de genocidio.
Malcolm X, el profesor, me enseño la importante distinción
entre un ‘esclavo de casa’ y uno de ‘campo’. Muchos años más tarde encontraría
la misma distinción en el Qur’an.
Malcolm explicaba que el ‘esclavo de casa’ estaba sometido a
la misma opresión que el ‘esclavo de campo’. Ambos estaban sin libertad
‘externa’, y por ende en esclavitud ‘externa’. Pero mientras el ‘esclavo de
campo’ odiaba esa opresión y esclavitud, el ‘esclavo de casa’ se sometía a
ella, se identificaba con el amo de esclavos, y aceptaba su esclavitud. Estaba
tan lavado de cerebro e ‘internamente’ ciego que se volvió un apéndice del amo
de esclavos (Qur’an, al-Maida, 5:51). Siempre estuvo ahí para servirle al amo
de esclavos, lo que necesitara, y cuando el amo de esclavos lo necesitara.
Cuando el amo de esclavos estaba enfermo, el ‘esclavo de casa’ sentiría el
dolor de su amo le diría a su amo: “¡Estamos enfermos!” El ‘esclavo de casa’
era ambos ‘interna’ y ‘externamente’ un esclavo, esto es, ambos física y
psicológicamente un esclavo. Se volvió parte del sistema de esclavitud (los
‘internamente’ ciegos siempre terminan como esclavos). El amo de esclavos
recompensaba al ‘esclavo de casa’ por su fiel servicio.
Pero no así el ‘esclavo de campo’ quien puede haber sido
‘externamente’ un esclavo pero era ‘internamente’ un hombre libre. Por esa
libertad ‘interna’ el ‘esclavo de campo’ tenía la capacidad de ‘ver’, y así
reconocer la opresión y la maldad, y la odiaba con todo su corazón y su alma.
El ‘esclavo de campo’ nunca se sometería a la opresión, sino más bien anhelaba
recuperar su libertad y demoler la esclavitud. Y así el ‘esclavo de campo’
respondió a la opresión de una manera antisistémica. El amo de esclavos quien
era un opresor era su ‘enemigo’. Cuando la casa del amo de esclavos estaba en
llamas, el ‘esclavo de campo’ le rezaría a Dios que mandara un fuerte viento
que “quemara la casa hasta los cimientos”. El amo de esclavos odiaba al
‘esclavo de campo’ y lo hizo pagar un precio terrible por su desafío.
Los amos de esclavos actuales quienes ahora buscan lograr la
mayor esclavitud (y ese es un signo mayor del Ultimo Día conectado al Dajjal el falso Mesías), demonizan a los
‘esclavos de campo’ como terroristas, y buscan legislaciones antiterroristas
que los amordazarían y estrangularían. Pero deben saber que la sangre de
Malcolm se revuelve en los corazones de millones alrededor del mundo quienes
buscan caminar en sus valientes pasos.
Todo Sudamérica, desde Venezuela a Argentina, está abrazando
actualmente las políticas de ‘esclavos de campo’. Hugo Chávez de Venezuela no
es una aberración. Más bien él es la encarnación del resentimiento sentido por
las coloridas masas Sudamericanas quienes están respondiendo a las injusticias
a las cuales hace tiempo han sido sometidos por los opresores ‘blancos’. Entre
esas injusticias se encuentran los asesinatos, una y otra vez, de valientes
líderes sudamericanos quienes buscaban proteger a su gente de la opresión
‘blanca’. Omar Torrejos de Panamá, Jaime Roldos de Ecuador, Salvador Allende de
Chile fueron todos asesinados por medio de actos de terrorismo planeados y
ejecutados por aquellos quienes ahora declaran engañosa y falsamente estar
luchando contra el terrorismo. (Si ampliáramos el espectro de nuestro ensayo tendríamos
que incluir a Ziaul Haq de Pakistán, y al Rey Faisal de Arabia Saudí entre los
líderes que fueron asesinados similarmente. Y luego el intelectual Palestino,
Profesor Dr. Ismail Faruqi, quien era una espina en su costado. El también fue
asesinado. Y la lista crece y crece).
Por otro lado, casi todo el mundo musulmán es gobernado
actualmente por gobiernos ‘esclavos de casa’. Y el amo de esclavos ‘blanco’
quien se ha retratado, engañosamente, a sí mismo como si luchara contra el
terrorismo, está listo cada día para recurrir al terror para asegurar la
sobrevivencia de sus ‘esclavos de casa’ quienes gobiernan a los musulmanes por
su bien.
Incluso mientras recordamos a Malcolm X cuarenta años atrás,
también tenemos que recordar y honrar a su amada esposa, Dra. Betty Shabbazz.
La conocí dos veces. La segunda vez fue cuando ella yacía en su ataúd junto ala
tumba de Malcolm, y sus seis hijas me habían honrado al pedirme que recitara
del Qur’an y que ofreciera una oración por su cuerpo antes que fuera bajado a la
tumba de su esposo.
Me recuerdo tiritando como una hoja mientras estaba de pie
junto a la tumba de Malcolm por primera vez, y mientras observaba a su amada
esposa reunirse con él después de sobrevivir tan difíciles pruebas en su vida.
La característica principal de su vida, después de la muerte
de Malcolm, era su fiera lealtad e imparable devoción a la memoria de su esposo
y su misión en la vida. Y esto me lleva a mi primer encuentro con ella, que es
el tema de este ensayo.
Fue el 22 de Septiembre de 1996, solo ocho meses antes de su
muerte, y fui llevado a la parte de atrás de un gran salón en el centro de
Manhattan para ser presentado a ella. Ella no sonrió para saludarme. Había algo
distante y solitario en ella, como si perteneciera a un lugar muy lejano y otro
tiempo - no era el tipo de mujer quien
te haría sentir cómodo en su presencia. Pero casi pude sentir su silenciosa
fuerza y poder mientras esperaba con paciencia infinita que viniera el momento
cuando ella retornaría a casa con su amado. Ella se sentaba al final del salón,
me explicó calmadamente, que mejor pudiera asistir a los cuatro conferencistas
quienes estaban agendados a participar esa noche en el desafiante tópico ‘Más
allá de Malcolm X – El Futuro del Liderazgo Islámico en Norteamérica’. Ella
había oído de mí, de mi origen de Trinidad, y de mis constantes referencias a
su esposo en Nueva York y otros lugares, y estaba curiosa por escuchar esa
noche a lo que yo tenía que decir en ese tema.
Me dedique en mi discurso a describir la imparable fe en
Allah que era la sustancia misma del hombre. El vivió por Allah, y murió por
Allah. Y ese era el tipo de liderazgo que los Musulmanes Norteamericanos
necesitaban. Pero también me tome el tiempo para referirme a su incomparable
integridad. Su apasionado compromiso con la verdad y la justicia fue tal que el
aborrecía absolutamente el oportunismo y la conveniencia. Y así sus valores en
la vida estaban ubicados en el corazón mismo del Islam.
Luego procedí a observar que Malcolm, quizás, no sabía
acerca de la prohibición de la Riba (dar o tomar
préstamo monetario con intereses) en el Islam. ¿De que otra forma podríamos
explicar el comentario de Alex Haley en la ‘Autobiografía’ que Malcolm recibió
un adelanto de su parte para hacer el pago de una casa en Elmhurst, Nueva York,
después de que su casa fuera atacada con bombas incendiarias por los enemigos
de la Nación
del Islam? Y ese fue el comentario que me metió en problemas.
Después de que los cuatro conferencistas hubieran hecho sus
presentaciones, Betty pasó adelante, tan lento y deliberadamente, al podio
frontal, para dirigirse a la audiencia. Ella comenzó citando mis palabras: “El Imam dijo que mi esposo vivió por Allah. El Imam dijo que mi esposo murió por Allah. El Imam tiene razón”. Pero entonces se volteó para enfrentarme, y para
mirarme firmemente a los ojos, y para declarar desafiantemente, “Pero Imam, el no firmó el acuerdo. Murió
antes de poder hacerlo. ¡Así que no estuvo en Riba!” Solo después de que defendió apasionadamente a su esposo, se
calmó. Pero de la forma que me miró (¡no te atrevas a criticar a mi esposo!)
fue semejante que me tomó mucho más tiempo calmarme. Rara vez en mi vida he
visto semejante devoción apasionada hacia la memoria de un líder y su legado. Y
es ese deslumbrante ejemplo el que ella ha dejado a las mujeres musulmanas de
la actualidad.
Prosiguió con abogar por los líderes islámicos quienes
serían hombres de valor e integridad, hombres quienes, como su esposo,
desafiarían a los opresores del mundo. Pero ella también habló de la fe, y de
la búsqueda de conocimiento. Más tarde, después de que dejé el salón para ir a
otro compromiso, ella autografió una copia de la ‘Autobiografía’ para mí. Y
esto es lo que ella escribió: “Eres un
líder para los hombres y mujeres de todas las edades y de todos los tiempos.
Que la paz y las bendiciones de Allah te guíen por siempre”. Y lo firmó
Hajjah B. Shabbazz / Sra. X. Llevó lagrimas a mis ojos.
Que su tumba común sea amplia, fresca y espaciosa para
ellos, y que esté llena de luz. Y que ambos puedan dormir pacíficamente, juntos
en esa tumba. ¡Amin!
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