¿Por qué los
musulmanes rezan cinco veces al día?
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El Primer Ministro Católico de la isla caribeña de San
Vicente fue reportado (Trinidad Guardian, 8 de Mayo, 2004) entrando al
monasterio del Monte San Benedicto en Trinidad para un retiro espiritual
durante el cual “se uniría a los monjes al rezar cinco veces al día”. Hay
muchas personas en el Caribe quienes han elegido volverse musulmanes al
proclamar que no hay más Dios que Allah y que Muhammad es Su Siervo y
Mensajero. Cuando lo hacen se les enseña, primero que nada a rezar ‘cinco veces
al día’. ¿Cuál es el origen de los cinco
rezos diarios? Sentimos que ciertamente habrá muchos, aparte del primer
ministro y los monjes en el monasterio, quienes encontrarán este tema
convincente y de permanente importancia.
El Profeta Muhammad (paz
y bendiciones sean sobre él) tenía cuarenta años cuando el Ángel Gabriel se
le apareció para informarle que él era un Profeta del Dios Único. Antes de ese
evento él mismo estaba inconsciente de este estatus suyo, sin embargo nunca
veneró a los ídolos de Arabia. Eran otros, conocidos como Hunafa, quienes también se rehusaban a adorar ídolos. Ellos
veneraban al Dios Único, hacían el peregrinaje anual (Hajj) a Su Santo Templo en Makkah construido por Abraham. Y ellos
sacrificaban animales anualmente en conmemoración de la prueba de sacrificio de
su, entonces, único hijo, Ismael, la paz
sea con él.
Un tiempo después de esa primera
visita, vino el ángel un día y le enseño al profeta como hacer la ablución
antes de rezar, o sea lavarse las manos, la boca, las narices y la cara
completa, luego los brazos hasta los codos, luego pasar las manos por la cabeza
y finalmente, lavarse los pies. El ángel también le enseño a cómo pararse
descalzo en oración, agacharse y postrarse ante el Señor Dios. Unos once años
más tarde, el Profeta fue llevado en un milagroso viaje celestial de noche
desde Makkah a Jerusalén y luego hacia los cielos a la especial presencia
Divina. Entonces recibió la obligación de ‘rezar cinco veces al día’
directamente de Dios Mismo, y luego volvió para anunciarla a todos quienes
tenían fe en Allah el Más alto que la institución de los (cinco) rezos diarios
era el vehículo a través de los cuales ellos, también, podían viajar ante la
presencia divina.
Subsecuentemente el Ángel Gabriel
vino a él un día y lo guió en el rezo cinco veces – una temprano en la mañana
(después del amanecer pero antes de la salida del sol), una vez en la mañana
temprano (después de que el sol ha cruzado el cenit pero antes de la media
tarde), una vez en la tarde (pero antes de la puesta de sol), una vez después
de la puesta de sol, y finalmente en las tempranas horas de la noche (después
de que el crepúsculo ha terminado). En cada ocasión guió los rezos a la hora
más temprana posible. Luego retornó el día siguiente y nuevamente guió al
Profeta en los mismos cinco rezos diarios, pero esta vez eligió la hora más
tardía para cada rezo. Entonces anunció que estas eran las cinco veces de rezo
obligatorio, y que cada rezo debía hacerse dentro del marco de tiempo recién
establecido. En adición a estos rezos obligatorios hay, por supuesto, rezos
voluntarios que pueden ser hechos en cualquier oportunidad, pero siempre son
mejores en las primeras horas de la mañana.
Ya que hay solo Un Dios, y por
ende una Verdad, y solo una religión verdadera (la religión de ‘Abraham’ de
quien parece que ha originado el nombre ‘Brahma’) la implicación es que quien
venere al Único Dios Verdadero debe rezar estas cinco rezos diarios obligatorios. Quien no haga estos cinco rezos diarios, eventualmente
vivirá una vida esencialmente pagana ya que los obligatorios cinco rezos diarios son la base misma de
la forma religiosa de vida.
Cuando Jesús, el verdadero mesías, la paz sea con él, retorne, él también rezará a Allah el Más Alto cinco veces al día, de la misma forma que el Ángel Gabriel le
enseñó al Profeta Muhammad a rezar, y de la misma forma que los Musulmanes
rezan hasta éste día (sin sillas, bancas, asientos, etc.) Se paran descalzos
ante Allah el Más Alto para rezar, luego se agachan, se sientan y se postran
con sus caras en la bendita tierra. Ellos lo hacen ‘cinco veces al día’, y continuarán haciéndolo, Insha
Allah, en desafío al impío orden mundial que está librando guerra contra
ellos, y sin importar el precio que paguen por ese desafío. Y lo hacen con la
convicción absoluta de que la Verdad debe triunfar eventualmente sobre sus
impíos enemigos malvados.
Ellos quienes recitan en cada rezo la Surah de apertura del Qur’an en la cual piden ser guiados “por el camino recto – el camino de aquellos sobre los que has derramado Tus bendiciones,
no el de aquellos que han sido condenados [por Ti], ni el de aquellos que andan
extraviados!” .
Debiera ser claro para nuestros lectores que quienes hoy libran guerras
injustas contra el islam en Irak, Afganistán, Tierra Santa y en cualquier lado,
ciertamente se ganan la ira de Allah y aquellos desviados musulmanes o no
musulmanes quienes apoyan a esa gente, mientras veneran el altar de una Visa
Estadounidense, o por cualquier otra tonta razón, son ciertamente un pueblo que
se ha extraviado.
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