lunes, 15 de julio de 2013

Islam y democracia constitucional

ISLAM Y DEMOCRACIA CONSTITUCIONAL
Imran N. Hosein
www.imranhosein.org

El Dr. Morgan Job ha cuestionado nuestra continua falla, como musulmanes, en establecer una democracia constitucional en el mundo musulmán (Conferencia sobre Reforma Constitucional, Noviembre 28 de 2004). Pero la democracia política moderna se originó en la moderna y secular civilización occidental, y requirió la adopción de un secularismo político como la basa para el establecimiento de la política y el estado. El secularismo político, sin embargo, como todas las aplicaciones del secularismo, le negó a la religión cualquier orden significativo en el orden público. Esto, a cambio, facilitó el declive de la religión y de los valores morales absolutos, y ha llevado, a todo el mundo, al surgimiento de valores materialistas constantemente cambiantes y, eventualmente, a una forma de vida esencialmente impía.

Recordemos que cuando los británicos colonizaron países como India, encontraron musulmanes con una cultura política derivada básicamente del Islam. El mandato colonial británico impuso el secularismo político europeo ‘a punta de espada’ como una alternativa al islam. Ambos, hindúes y musulmanes, eventualmente desafiaron a la nueva religión europea del ‘secularismo’, y buscaron restaurar y preservar su propia cultura política originaria. Esto llevó eventualmente, y alarmantemente para los británicos, a una ominosa alianza entre musulmanes e hindúes en lo que fue llamado el Movimiento Khilafat – una lucha por preservar la institución del califato islámico ubicado en el corazón de la cultura política musulmana. El mismísimo Gandhi forjó la alianza con el Movimiento Khilafat ya que el, también, quería restaurar (para los hindúes) la cultura política hindú originaria y un modelo de estado hindú.

El movimiento Khilafat amenazó con desmantelar todo el sistema europeo de secularismo político y democracia constitucional que el Occidente colonial estaba forzando sobre el mundo no blanco. Y una estrategia británica fue utilizada, en colaboración con la emergente nueva republica secular de Turquía de Mustafá Kamal, de abolir el Califato Turco y, al hacerlo, sabotear y lograr el colapso del Movimiento Khilafat con su alarmante alianza hindú-musulmana.

La estrategia fue exitosa. El califato fue abolido en Turquía en marzo de 1924. Al final de ese mismo año, el antiguo liderazgo musulmán de la india, conformado por hombres quienes conocían y vivían el islam, fue en un declive irreversible. Fueron remplazados por el inclinado al secularismo ‘All India Muslim League’ (Liga de musulmanes de toda India), liderado por hombres que apenas conocían o vivían el islam. Presidieron sobre el paso, inteligentemente disfrazado, del islam como base de cultura política, al nuevo secularismo político europeo. Fue engañosamente fortalecido por medio del nacionalismo religioso, y emergió como una curiosa creatura llamada ‘nacionalismo musulmán’. El paso de uno al otro fue tan inteligentemente disfrazado que aún no es discernible para muchos musulmanes en India, Pakistán y Bangladesh.

La turbulenta historia de la democracia constitucional europea en el mundo musulmán no puede ser entendida sin un reconocimiento del cambio fundamental en la cultura política desde el islam al modelo europeo de secularismo político. De hecho el paso de uno al otro no ha sido llevado a cabo de manera definitiva. Incluso en Pakistán o Turquía. Una y otra vez las creencias religiosas de los musulmanes en África, el mundo Árabe, el sur y sudeste asiático, etc. Han impactado en la política de manera tal que occidente ha sido forzado a recurrir continuamente a medios desviados, incluyendo la fuerza bruta y el barbarismo en el actual Irak, Palestina y Afganistán, para coartar el esfuerzo por restaurar el Islam como la base política.

EL MODELO ISLÁMICO DE UN ESTADO (KHILAFAH)
¿Será la sociedad islámica secularizada, y la democracia constitucional secular finalmente establecida en el mundo musulmán? ¿O, el destino será testigo de la restauración de la cultura política originaria Musulmana y el modelo islámico de un estado (khilafat)? Antes de que intentemos contestar esa fascinante pregunta que yace en el corazón mismo de los discursos políticos de los actuales asuntos internacionales, describamos brevemente el Khilafat o el modelo islámico (sunni) de política y estado.

Ciertamente sorprenderá a algunos de nuestros lectores el saber que el Islam nunca ha declarado ser una nueva religión. Más bien consistentemente ha proclamado que es la religión original de Abraham, Moisés, David, Salomón y Jesús (paz y bendiciones de Allah sean sobre ellos). Fue por ende natural que el Profeta Muhammad (sallalahu ‘alaihi wa sallam) debiera haber preservado en el Estado Islámico de Madina el modelo esencial de una política y estado que fueran establecidos por los Reyes-Profetas, David y Salomón (‘alahima al-salam) en el Estado Santo de Israel. ¿Cuál fue ese primer modelo?

Primero, la cultura política en el Israel Santo toleraba una separación no secular de las políticas de la religión. En ambos, David y Salomón, la cabeza religiosa/espiritual de la comunidad (el Profeta), era también, el mismo, rey o cabeza de estado. Segundo, la política y el estado reconocían a Dios como Soberano (al-malik), y a Él le pertenecía el Reino (al-Mulk), y por ende el Israel Santo era el Reino de Dios en la tierra. Tercero, la autoridad de Dios y la ley eran ambas supremas en este modelo de estado.

En el modelo secular europeo, por otro lado, la soberanía fue quitada de Dios e investida en la política y el estado. Eso fue blasfemia (shirk). Dios fue arrancado de la suprema autoridad y ley y estos, también, fueron investidos en el pueblo y el estado, y fueron institucionalizados en gobiernos seculares (administrativo, judicial y legislativo). Eso, también, fue blasfemia (shirk). La gente no solo asumió la  autoridad suprema e instaló su propia ley humana como ley suprema, incluso prosiguieron, e imparables, a hacer legalmente permisible lo que Dios Mismo había prohibido. Tal fue el caso, por ejemplo, con la prohibición divina de ‘prestar dinero en interés’, las apuestas y la lotería. El Qur’an ha descrito todos estos esfuerzos por ‘jugar a Dios’ como blasfemia (shirk), que es el único pecado que Allah el Más Alto ha advertido que nunca perdonará. Creo que alguien responderá acusando a Dios de fundamentalista.

Cuando un pueblo se aparta de Dios, como ciertamente lo hacen en el secularismo político y en el estado secular, el Qur’an ha advertido que ellos eventualmente Lo olvidarán y pagarán el precio de olvidarse a sí mismos (su estatus humano). Su conducta eventualmente se volverá peor que la de bestias salvajes. El Profeta Muhammad profetizó que ellos eventualmente “se involucrarán en actos sexuales en público, como burros”. El carnaval de Trinidad confirma, año tras año, que la corriente principal de la sociedad en este país ‘progresista’ está aproximándose a ese camino y ya está aproximándose el cumplimiento de la profecía de la preferencia por el sexo en público.

El Khilafat islámico difiere en nada del modelo del Estado Santo de Israel excepto por que el Profeta Muhammad, el Profeta/cabeza del estado, ¡era reconocido como ciervo de Allah en vez que como Rey! El Profeta Muhammad ha profetizado que el Khilafat islámico será restaurado en el momento que Jesús (‘alaihi al-salam) retorne. Puede que no tengamos que esperar más de unas pocas décadas  para ser testigos del retorno de Jesús y la restauración del modelo islámico de un estado (khilafat). Mi libro ‘Jerusalén en el Qur’an’ ha explicado este tema.


No hay comentarios:

Publicar un comentario